En términos alegóricos vamos a desarrollar este maravilloso tema.
Enseguida nosotros nerviosos y asustados empezamos a tomar el timón con mucha fuerza y determinación, pidiendo a Dios que la tormenta se calme y todo vuelva a su normalidad.
Enseguida nosotros nerviosos y asustados empezamos a tomar el timón con mucha fuerza y determinación, pidiendo a Dios que la tormenta se calme y todo vuelva a su normalidad.